Vespas, Lambrettas y turismos con solera, protagonistas del día grande
Ayer en el prao de las fiestas de Cabueñes se volvieron a
juntar los que han empezado a amar los vehículos clásicos recientemente y
los que llevan toda la vida «peleando» con estas joyas motorizadas,
«que son muy guapas, pero dan más lata que cuatro hijos juntos». El que
habla es José Luis Pérez, propietario de un Seat 600 y «fanático de los
clásicos». Da un consejo «a los que todavía están a tiempo»: «No os
metáis por este mundillo, porque al final os acaba echando la parienta
de casa». «Igual a alguno-y merez la pena», le contesta un espontáneo.
Los que parecen no haber seguido las advertencias de José
Luis se reunieron ayer, un año más, en la parcela anexa al Intra en la
que durante el fin de semana se celebraron las fiestas populares de
Cabueñes. El mal tiempo dio una tregua y con el sol, decenas de personas
se animaron a disfrutar de la sesión vermut. Algunos de ellos habían
dejado poco antes el mismo escenario, en una noche que se prolongó hasta
muy tarde. «Esta fiesta se suele coger con muchas ganas, porque es de
las primeras de prao que hay en Gijón. Y eso que este año con la
primavera que estamos teniendo de lluvia y frío pensamos que no iba a
haber mucha afluencia, pero nos equivocamos... afortunadamente»,
comentaba uno de los camareros de la barraca.
A modo de exposición, las Vespas y Lambrettas, acompañadas
de Seat 600 y 850, Renault 8 y hasta Renault 4/4 posaron para todos
aquellos que quisieron inmortalizar el momento con sus teléfonos móviles
y las cámaras de fotos. «Yo tenía una como esta cuando era joven»,
explicaba un vecino de Cabueñes señalando una Vespa, mientras pensaba en
alto que nunca supuso que «ahora serían tan caras en el mercado». Y es
que una de estas motos pueden alcanzar los 3.000 euros en el mercado de
segunda mano. «Ahora con la crisis está la cosa un poco más floja, pero
de unos años a esta parte se han revalorizado muchísimo», asegura el
joven Marcos Gutiérrez. En esta ocasión, la coincidencia con la popular
ruta vespera de la subida al Fitu desde Arriondas hizo que faltasen
«históricos» aficionados al vehículo clásico.
Pero no sólo de ruedas, chasis y modelos se habló en
Cabueñes durante el día de ayer. También se celebraron actividades
dedicadas al público infantil y el XVI campeonato de tiro con gomeru.
Los tradicionales festejos fueron clausurados con la entrega de trofeos a
los ganadores de las diferentes competiciones disputadas a lo largo del
fin de semana y con la ya popular 'pañaruca' de caramelos para los más
pequeños. Un año más, Cabueñes no defraudó.
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